El mundo de los jabones...

Hola, esta es mi primera entrada en mi blog, y quisiera contarles una experiencia "microemprendedora" que empecé haciendo por gusto y curiosidad, y me terminó dando una mano en lo económico en momentos de escasez. Se trata de la elaboración de jabones artesanales. Para aprender algunas técnicas navegué y navegué en internet hasta que me animé a hacerlo de la manera menos complicada. Hay quienes hacen los jabones de cero, con todo el proceso de la soda cáustica, los aceites, etc., pero ese método necesita de materias primas que son costosas en nuestro país, como aceite de oliva, de almendras, de coco, etc.
Lo primero que tenés que hacer es comprar las barras de 1 kg. de jabón neutro. Se consiguen en casi cualquier casa de insumos para artesanos.
A partir de ahí las opciones son variadas y hay via libre para experimentar y encontrar nuestro propio estilo: podés utilizar colorantes naturales o artificiales, en polvo o líquidos, esencias naturales o artificiales, flores, y hasta pulpa de frutas!!! Lo mismo sucede con los moldes, los hay de todos los tamaños y formas. Este es el proceso que yo seguía:

• Cortar la barra de jabón en pedazos muy pequeños para que sea más fácil derretirlos. Es un poco engorroso pero cuando le agarrás la mano lo hacés bastante rápido. Te tiene que quedar una especie de "jabón rallado":

         

• Antes de mandar el jabón al microondas o a baño maría, organizaba en la mesa todos los moldes que iba a utilizar, las esencias, colorantes, etc. Esto es porque una vez derretido el jabón, hay que trabajarlo rápido para que no se endurezca y sea imposible añadirle los demás componentes.
• Ahora, a derretir el jabón. Colocá la ralladura en un recipiente apto para microondas, o si lo vas a hacer a baño maría, en cualquier bowl preferentemente plástico que soporte el calor. Yo siempre le añadí un chorrito de agua de la canilla para asegurar más la consistencia más bien líquida que necesitamos para trabajarlo. A baño maría, ponelo a fuego bajito, bajito, y con paciencia andá revolviendo hasta que se haga una pasta bastante líquida y homogénea. En microondas, ponelo en lapsos de 30 segundos, sacá, revolvé, 30 segundos, sacá, revolvé, etc. OJO!!! Cuando esté bastante caliente puede empezar a hacer una espuma que baja inmediatamente que lo sacás de la fuente de calor, pero estate atento a que no se rebalse y te haga un enchastre en el microondas.
• Una vez derretido el jabón, rápidamente le añadimos una o dos gotitas (no más porque se arruina y se endurece muy rápido) del colorante elegido, un chorrito a gusto de la esencia que más te guste, lo volcamos a los moldes elegidos. TRUCO: para desmoldar fácilmente, untá con MUY POQUITO aceite cada molde. Si te quedan gotas de aceite en el molde, el jabón te va a salir con agujeritos. Así que se trata solamente de pasarle una gotita de aceite con el dedo. Lo que yo hacía para no hacer tanto jabón del mismo color y aroma, era una vez derretido el jabón neutro, pasar la mitad de la mezcla a otro bowl y hacer dos variedades. 

                      

• Una vez enmoldados, podés llevarlos a secar a la heladera o al aire libre. Por mi impaciencia, yo los mandaba a la heladera para que estén listos más rápido. Por las dudas siempre esperá varias horas para desmoldar y antes tocalo despacito con el dedo para ver la dureza. Se van a desmoldar fácilmente si le pusiste una gotita de aceite al molde. Así es como me quedaron algunos:

            
      NOTAS:

• También podés darles color y aroma utilizando por ejemplo pulpa de frutilla, siempre y cuando los vendas o utilices relativamente rápido.
• Podés utilizar agua o aceite de alguna flor o hierba con propiedades. Para hacer aceite de rosas, colocá pétalos de rosas en un frasco de vidrio muy limpio, colocales aceite con olor neutro (girasol por ejemplo) hasta tapar los pétalos y dejalo reposar un mes aprox. en un lugar fresco, seco y preferentemente oscuro. Colar. También podés obtener infusiones hirviendo romero que tiene propiedades para el cabello, eucalipto, menta, etc. y utilizando el agua del hervor reemplazando el chorro de agua que le echás al jabón antes de derretirlo. Para los jabones marrones que parecen chocolate, yo utilizaba cacao en la mezcla, sí, cacao comun, con el que tomamos la leche. Y con esencia de vainilla, la combinación color-aroma es irresistible. Las posibilidades son casi infinitas.
• Finalmente, para comercializarlos, yo me iba a una papelera mayorista, compraba cajas, bolsitas de regalo, virutas de colores, un poco de cinta "de bebé", algún sticker o florcita artificial, y me armaba unas cajitas de presentación divinas, que la gente adoraba y compraba con gusto. Estos insumos no demandan de mucho dinero, y le agregan bastante valor al producto porque la presentación es lo que convence al comprador:

          
Es un microemprendimiento que estudié bastante antes de comenzarlo, y les aseguro que siendo rigurosos y no desperdiciando material o tentándose de regalarlo, es una ayuda económica, a mí me sirvió. Hasta la próxima!!!
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